La relación del viaje Magallanes-Elcano y la ciudad de Valladolid

Imagen del Centro de Estudios de América, en el transcurso de la disertación de D. José Miguel Alonso Rojo.

El pasado día 28 de febrero en el Centro de Estudios de América-Casa Colón de Valladolid, D. José Miguel Alonso Rojo hizo una disertación sobre: “La relación del viaje Magallanes-Elcano y la ciudad de Valladolid”. El año 1517 fue clave para la Corona de Castilla, ya que la llegada de Carlos V propició a vuelta de Juan Rodríguez de Fonseca a la dirección de la política de los descubrimientos con el continente americano. A lo largo de la estancia en Valladolid de Carlos V durante los primeros meses del año 1518, se fueron fraguando las negociaciones entre el Rey, Juan Rodríguez de Fonseca, Hernando de Magallanes y Ruy Falero, que desembocarían, finalmente, en la firma de las capitulaciones de Valladolid el 22 de marzo de 1518. En esas capitulaciones, se prohibía navegar a la armada de Magallanes por los territorios portugueses, para así evitar confrontaciones con la corona lusitana. Se le prometía a Magallanes la gobernación de todos los territorios que descubriera, así como una quinta parte de los beneficios que obtuviera la expedición. La Armada estuvo compuesta por cinco naves: la nao San Antonio, capitaneada por Juan de Cartagena, hombre de confianza de Fonseca, la Trinidad en la que su Capitán era Hernando de Magallanes, la nao Victoria liderada por Luís de Mendoza, la Santiago cuya Capitán era Juan Serrano, y la nao Concepción que estuvo capitaneada por Gaspar de Quesada.

Tras zarpar el 20 de septiembre de 1519 del puerto de Sanlúcar de Barrameda, llegaron a mediados de diciembre a la bahía de Guanabara (donde hoy se ubica la ciudad de Río de Janeiro), y decidieron pasar el invierno austral en el Puerto de San Julián. Pasada la invernada, la armada siguió su curso hasta llegar al Estrecho el 1 de noviembre de 1520. En esta situación, en uno de los viajes de reconocimiento que Magallanes dictó al portugués Esteban Gómez, decidió volver a España con esta nao y dejar a su suerte a Magallanes y la armada en el paraje del Estrecho. Para finalizar su intervención, D. José Miguel Alonso expuso una serie de mapas que se trazaron debido a las consecuencias del descubrimiento, como es el caso del mapa atribuido a Esteban Gómez de 1522 que se conserva en el Palacio Topkapi de Estambul; el portulano de Nuño García de Toreno de 1522 que se conserva en la Biblioteca Real de Turín; la Carta anónima de Turín de 1523 que D. José Miguel atribuyó también a García de Toreno y que se conserva de igual forma en la Biblioteca Real de Turín; y el Planisferio Castiglione de 1525, custodiado en la Biblioteca Estense de la Universidad de Módena, y cuya autoría sería también del español García de Toreno.