El Dr. Pascual Molina puso de manifiesto en su conferencia que, especialmente a lo largo del siglo XVI, Valladolid fue sede de la Corte en repetidas ocasiones, siendo escenario de numerosos acontecimientos de gran importancia para la monarquía hispánica, también en relación con América. En la conferencia se recorre en paralelo la presencia de la corte en Valladolid a través de festejos como entradas, proclamaciones o funerales, y aquellos hitos vinculados a la historia de América. En el marco cronológico que transcurre entre 1502, fecha del primer viaje a España de los archiduques doña Juana y don Felipe, y 1559, fecha del regreso a España de Felipe II y la marcha de la corte, Valladolid fue la villa que acogió a los soberanos en multitud de ocasiones e incluso fue la sede de la corte en largos períodos de tiempo, como el que transcurre entre 1548 y 1559. Así, se destacan el referido primer viaje de los príncipes (1502), la muerte de Isabel la Católica y la proclamación de doña Juana (1504), el segundo viaje de los ya reyes doña Juana y don Felipe y las cortes (1506), las entradas triunfales de Fernando el Católico (1509, 1511, 1513), la llegada de Carlos V y su proclamación como monarca (1517-1518), el nacimiento de Felipe II (1527), las celebraciones por el matrimonio de Felipe II y María Manuela de Portugal (1544), el nacimiento del infante don Carlos y el fallecimiento de la princesa (1545), la regencia en ausencia de Carlos V y Felipe II (1548-1559), la proclamación de Felipe II como rey (1556), las exequias por Carlos V (1558) y los autos de fe, el regreso de Felipe II y la marcha definitiva de la Corte (1559). Todos estos actos fueron celebrados con multitud de actos, como procesiones, entradas solemnes, espectáculos caballerescos, alzamiento de pendones…, donde el arte jugó un papel fundamental en la puesta en escena del poder.

Al mismo tiempo, precisamente por servir de estancia a la Corte, Valladolid se convirtió en el corazón del imperio carolino, también de lo relacionado con América. Así, en la villa falleció el almirante Cristóbal Colón (1506) cuando trataba de entrevistarse con los monarcas, en Valladolid se preparó (1518) y culminó (1522) la hazaña del viaje de Magallanes y Elcano, primera gran empresa americana de Carlos V, coincidiendo con su proclamación en las cortes vallisoletanas. Asimismo, el tesoro que Cortés envió al emperador pudo verse en Valladolid (1520), como luego en otras ciudades como Bruselas, donde fue admirado por ejemplo por Alberto Durero, que dejó constancia del hecho en su diario. Y cuando Carlos V falleció en 1558 y se celebraron exequias en la iglesia de San Benito, su túmulo fue decorado, entre otros elementos, con banderas de sus triunfos y conquistas, destacándose las empresas de México y Perú.

Pero no puede olvidarse tampoco, el reflejo de América en otros actos y personajes, como la participación del hijo de Hernán Cortés en los festejos caballerescos de 1544, cuando apareció en la liza acompañado de dos camélidos americanos; o la presencia en Valladolid de Ulrich Ehinger, agente de los Welser, implicado en la conquista y explotación alemana de Venezuela y poseedor de una interesante colección de objetos americanos, que falleció en Valladolid en 1537, siendo enterrado en el monasterio de San Francisco, como Cristóbal Colón. También hay que destacar la celebración en 1550-1551 de la llamada Junta de Valladolid que enfrentó a los teólogos fray Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda en el colegio de San Gregorio, donde se debatió sobre la naturaleza humana de los pobladores de América y que supuso un hito en el desarrollo de los derechos humanos. Con todo esto, queda patente que Valladolid fue una ciudad que no solo jugó un papel clave en cuanto a escenario cortesano y espacio en el que se desarrollaron episodios cruciales del siglo XVI, sino que también fue un enclave vinculado con la historia de la conquista americana y por donde pasaron algunos de los personajes fundamentales de aquella empresa.