El comercio castellano con América a través del puerto de Santander

El Dr. Jesús Varela Marcos al inicio de su disertación, junto a la Dra. M.ª Montserrat León Guerrero.

El pasado día 20 de febrero en el Centro de Estudios de América-Casa Colón de Valladolid, el Dr. Jesús Varela Marcos hizo una disertación sobre: “El comercio castellano con América a través del puerto de Santander”. Castilla tuvo que esperar 273 años para optar al comercio con América. Quizá esta tardanza se debió al establecimiento de unos principios políticos, generados por la necesidad económica que tenían los gobiernos de los Austrias en Europa, que convirtieron el comercio de España con América en un monopolio portuario con sede en Sevilla vigilado por el Consejo de Indias, y gestionado por a Casa de la Contratación. Este sistema comercial no variará sustancialmente hasta la segunda mitad del siglo XVIII, momento en el que el desgaste del sistema tradicional, unido a la influencia de otros métodos liberales europeos, obligue a cambiar el sistema de flotas. Este paso decisivo lo dará Carlos III al comprobar e lestado de penuria de la nación española, herencia del siglo XVII. Así pues, será el Monarca quien, libre de repercusiones sucesorias, prescindirá del monopolio portuario en favor de una línea más colonialista de libre comercio.

Las necesidades del estado ilustrado diseñado por Carlos III, le llevaron a materializar la deseada reforma del sistema comercial con América. Con ello, se pretendía cambiar el sistema tradicional por el de libertad de puerto, en definitiva, lo que se conocerá como Libre Comercio. Sera con esta nueva política liberal con la que Castilla tendrá la primera oportunidad de comerciar directamente con el Nuevo Mundo, a partir de la promulgación de la Real Instrucción de octubre de 1765. Esta ventaja comercial se hizo efectiva con la apertura del puerto de Santander al tráfico del área de Barlovento. A pesar de que no disponía de una estructura comercial ni portuaria apropiada, se pensaba dotar al puerto cántabro de lo fundamental para el giro. A partir de entonces, productos como el vino, la harina, legumbres, licores o calzados fueron exportados desde Santander a enclaves como La Habana, Nueva Orleans, Campeche, Santo Domingo, o Buenos Aires.