"La Química moderna entre España y América. Los descubridores del platino, el wolframio y el vanadio"
La Dra. Rodríguez Méndez al inicio de su intervención, junto a la Dra. León Guerrero
En esta conferencia, la Doctora Rodríguez Méndez nos habló de la vital importancia que América tuvo en el impulso de la Ciencia en general y de la Química en particular. El nuevo continente aportó nuevos productos, que cambiaron los usos y las costumbres, y nueva información que dio un impulso a los conocimientos, creándose la ciencia experimental definitiva en el siglo XVIII.
En su intervención, la doctora nos habla de la revolución científica llevada a cabo en la Edad Moderna y el siglo XVIII, en el que establece definitivamente el método científico con sus tres pasos: observación, hipótesis y experimentación. En el campo de la Química, especialidad de la ponente, el primer referente es Robert Boyle, que separa la química de la alquimia al aplicar a esa disciplina el método científico. Como iniciador de la química moderna se considera a Antoine Lavoisier, que en 1716 establece la existencia del átomo, la ley de conservación de la materia y desmonta el mito del “filogisto”, especie de éter que todos los cuerpos emanaban en la combustión.
Después de las primeras notas, la ponente comienza con el tema propio de la conferencia, los descubrimientos de los elementos metálicos platino, wolframio y vanadio por científicos españoles.
El primero de ellos el platino, un metal precioso y noble y con un conocido uso en joyería. Fue descubierto por Antonio de Ulloa (1716-1795), marino y científico naturalista sevillano, que en una expedición a Ecuador para estudiar la forma de la Tierra fue informado de in impureza que aparecía en el oro americano, a la que con cierto menosprecio se le denominó “platina”. A su vuelta a España escribe una relación histórica de su viaje, junto a su acompañante Jorge Juan, en la que describe la nueva sustancia de la que no llega a estudiar sus propiedades. Es por lo tanto quién da a conocer el platino en Europa más que su descubridor científico. Este honor se lo lleva el inglés Watson, que lo presenta como nuevo elemento en la Royal Society, en el que menciona el nombre del español. A estas circunstancias se llegó por la actividad corsaria, que apresó el barco en el que volvía Ulloa y llevó a este junto con el nuevo material a Inglaterra. Ulloa pasó unos años prisionero y el platino fue estudiado por los químicos ingleses Wood y Browdurigg.
La historia del Wolframio es diferente. Se trata del único descubrimiento en suelo español del elemento químico que pasó a ocupar el lugar 25 de los que se conocían en aquel momento. Se trata de un metal con una gran resistencia al calor, por lo que se utiliza por su incandescencia en iluminación, y con una gran resistencia al desgaste, por lo que es muy utilizado en aleaciones para aumentar la durabilidad en la fabricación de herramientas, armas y componentes eléctricos. Su descubrimiento se debe a los hermanos Juan José y Fausto Delhuyar. Ambos estudiaron en España, viajaron mucho por Europa y conocieron el wolframio en la ciudad sueca de Uppsala. En el laboratorio del Real Seminario de Vergara aislaron el wolframio y descubrieron sus características. A pesar de que el nombre oficial del elemento en la tabla periódica es el de Tungsteno desde 2005, su símbolo sigue siendo la W de wolframio. En 1792, el rey Carlos III creó el Real Seminario de Minerales de la Nueva España, en el que estuvieron trabajando ambos hermanos.
El último mineral, el Vanadio, tiene un intenso color rojo y utilizado en aleaciones hace que estas sean más fuerte y ligeras. Sus óxidos se utilizan como catalizadores y en colores cerámicos. Su descubrimiento se otorga a Andrés Manuel del Río (1764-1849), un mineralogista madrileño que se formó en Almadén, dónde conoció a Fausto Delhuyar, viajó a Paris en los tiempos de la Revolución Francesa. Allí conoció a Lavoisier y a punto estuvo de ser guillotinado junto con este. Tiene una extensa obra científica y descubre varias especies de minerales.
En 1801 descubre unas impurezas que aparecían en las minas de plomo de México, las estudió, les dio diferentes nombres, pero no estando seguro de su importancia las envió a Francia, donde determinaron que se trataban simplemente de cromo. En 1830 el metal es redescubierto en Suecia, donde recibe el nombre de Vanadio en homenaje a la diosa Vanadis. Así que la falta de confianza hizo que el descubrimiento científico del vanadio no se pueda atribuir a Andrés del Río. Su carrera continuó en México, dónde apoyó la independencia del país. Dio clases en México y en Estados Unidos y recibió el Premio de la Sociedad Química d México, dónde es considerado un importante científico. A pesar de las diferentes vicisitudes por las que pasaron, los cuatro científicos que motivan la conferencia coinciden en su gran relación con la minería y en que su paso por América marcó sus carreras.