"Espejos para una Corte"

La Dra. León Guerrero presentando a la Dra. Porras Gil, al inicio de su intervención.

El pasado 24 de febrero, la Dra. María Concepción Porras hizo una disertación en el Centro de Estudios de América-Casa Colón de Valladolid que giró en torno a la presentación de su novela “Espejos para una corte”. En primer lugar, hizo hincapié en el inicio de la novela destacando la figura de Jean-Baptiste Colbert, nombrado sobreintendente de Hacienda de Luis XIV en 1695, descubridor de un escándalo relacionado con la malversación de fondos de la Corona francesa, debido a la gran cantidad de encargos a la ciudad de Venecia con el fin de comprar espejos. Los espejos eran objetos de gran prestigio en la época, muy caros y de pequeño tamaño, accesibles solo para la alta nobleza y burguesía, para su fabricación hacía falta una gran tecnología que solo era conocida por los artesanos venecianos y no en el resto de Occidente, de ahí la gran cantidad de encargos por parte de la Corona francesa. Colbert quiere evitar que se sigan realizando encargos de espejos debido a su alto coste, pero no puede poner fin a esta situación porque el principal demandante es el rey. Ante esta situación Colbert piensa en sacar ese secreto de Venecia a través de espías para llevarlo a París y crear una real manufactura de cristales y espejos.


En este momento cobra importancia la figura de la mujer, especialmente Olimpia Mancini, sobrina del cardenal Mazarino, gracias a la cual se nos permite transitar a lo largo de la corte, mostrándonos mujeres importantes dentro de la corte en la época de Luis XIV. La Dra. María Concepción Porras Gil destacó el papel de la reina Ana de Austria, madre del rey Luis XIV, influyendo mucho en las decisiones del rey como en su matrimonio con María Teresa de Austria. Las propias amantes del rey cobraron una gran importancia, Enriqueta de Inglaterra (hija de Carlos I de Inglaterra), Luisa de la Valière, Madame de Montespan, influyen notablemente gracias a su gusto por los espejos. Francia con el tiempo comienza a fabricar espejos por que aprenden el arte de realizar cristales planos que eran muy costosos de hacer con el método del soplado.


Paralelamente en París ocurren otros sucesos de gran importancia, el deseo de Colbert de mantener la monarquía en el palacio del Louvre que era donde vivía el monarca, aunque el rey tenía intención de mudarse al palacio de Versalles. El propio Colbert hará llamar a Gian Lorenzo Bernini, al cual admiraba y respetaba profundamente, que llevará a París una serie de proyectos para reformar la fachada del Louvre, que era una fachada antigua y arcaica y poder marcar la diferencia con el resto de las obras que se encontraban insertas dentro del Louvre. Para ello se verán muy influidos por el arte italiano que Bernini trae a París, ya que era el arte por excelencia durante el siglo XVII. Esta idea no gusto ni a la Corona francesa ni a la alta burguesía y en un intento por despegarse de ese arte italiano acabarán desarrollando su propio arte francés, un arte que funcionará muy bien como modelo de propaganda. La obra de Bernini no convence al rey, ya que los franceses no quieren ajustarse al arte italiano, por lo tanto, decide irse al palacio de Versalles, donde se realizan distintas etapas constructivas entre las cuales se hace la magna obra conocida como la galería de los espejos, buscando dar una visión de lo que es un gran rey que deja su legado para que la fama y la memoria le recuerde a lo largo de los siglos.


La Dra. María Concepción Porras resaltó que la idea principal de su novela no solo era abarcar la importancia de Francia durante el siglo XVII, sino que intentó recorrer toda la Europa de la época mostrando una visión geopolítica, en la cual países como España Inglaterra y Países Bajos cobran un papel importante con las perspectivas de sus políticas y sus artes. Como conclusión la novela también pretende sumergirnos a nivel incluso lingüístico en lo que sería una época que no es la nuestra, por lo tanto, los personajes no hablan como nosotros, utilizan un lenguaje más sosegado con alusiones a través de distintos pasajes donde aparecen formas de pensar muy distintas a las que nosotros tenemos, entre ellas destaca la cuestión de tener un amante siendo infiel a la esposa o esposo. El adulterio era una práctica común tanto en hombres como mujeres. La idea de amor era una cuestión de interés social, político o simplemente para incrementar el patrimonio de la familia, como hacían los reyes, nobles y burgueses. Por lo tanto, el hecho de tener amante no era criticable, era preferible. Para finalizar la conferenciante mostró un fragmento de la película “Vatel” estrenada en el año 2000, del director Roland Jofée, con la que ejemplificó visualmente el lujo, la vida y una fiesta en la corte del rey Luis XIV, en el ambiente en que se desarrolla esta novela.